domingo, 6 de octubre de 2013

Un discreto físico, padre de la esquiva partícula

En septiembre de 2008 comenzó la búsqueda de la partícula Dios, la última pieza del rompecabezas subatómico destinada a explicar el origen de la masa. Hasta entonces, pocos sabían de la (supuesta) existencia del bosón de Higgs. Pero menos aún que el apellido que da nombre a la esquiva partícula es el del físico inglés Peter Ware Higgs (Newcastle, 1929), quien planteó su existencia a mitad de la década de 1960.
Higgs es un hombre discreto, reacio a las celebraciones y las declaraciones. Sin embargo, esta mañana no ha faltado a la presentación de los datos del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) y el anuncio del descubrimiento de lo que todo apunta a ser la famosa y huidiza partícula. Un aplauso colectivo ha celebrado su entrada en el auditorio de las instalaciones de Ginebra minutos antes del inicio de la conferencia.
"Nunca pensé que esto ocurriría en mi vida", ha afirmado esta mañana. "Al principio, hace más de cuarenta años, la gente no tenía ni idea de qué es lo que podíamos esperar. Estoy sorprendido de que haya ocurrido tan rápido, es asombroso", ha comentado con la voz entrecortada, a sus 83 años.
Alguna vez, este científico ha explicado que la teoría sobre la famosa partícula le sobrevino mientras daba un paseo por los montes Cairngorms, en Escocia, en 1964. De ese paseo salieron dosartículos. El segundo fue rechazado por la revista Physics Letters, al considerar que apenas aportaba nada nuevo respecto al anterior. Volvió a enviarlo, con algunas modificaciones entre las que se encontraba la mención expresa de la partícula, a otra publicación: Physical Review Letters, donde no solo fue aceptado, sino que se convirtió en uno de los artículos que han pasado a la historia de la física.
A partir de la década de 1970 distintos grupos de investigación europeos centraron sus esfuerzos en la caza de la partícula. Por entonces, ya se había bautizado como el bosón de Higgs, como relata a la BBC Ken Peach, profesor emérito de la Universidad de Oxford y antiguo colega del físico británico. Al regreso de una conferencia, en la que los investigadores se referían repetidamente a Peter Higgs, se dirigió al físico. “Le vi en el salón de café y le dije: ‘eres famoso”. Apenas sonrió de forma contenida, recuerda Peach. “Creo que durante muchos años se sintió un poco avergonzado por la atención que recibía, con el tiempo se ha ido acostumbrando”.

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