Los científicos no esperaban descubrir organismos que vivieran aferrados al hielo, y menos aún de una especie totalmente desconocida. El hallazgo y la investigación posterior revelan la existencia, en ese lugar tan inhóspito, de un ecosistema completamente nuevo que nadie había visto antes.
La nueva especie, Edwardsiella andrillae, cuenta con una inmensa población, a juzgar por las imágenes captadas por el robot.
Individuos de Edwardsiella andrillae, una nueva especie de anémona de mar, aferrados a la cara inferior de la Plataforma de Hielo de Ross, en la Antártida, y un organismo cilíndrico, aún no identificado, aferrándose a algunas de esas anémonas.
El equipo de Marymegan Daly, especialista en anémonas de mar de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, ha estudiado los especímenes recogidos por los científicos e ingenieros del proyecto ANDRILL. Las anémonas de esta especie hasta ahora desconocida son de tamaño pequeño, color blancuzco, y cuentan con otros rasgos característicos, pero el rasgo más llamativo es que están "plantadas cabeza abajo", por así decirlo, con sus tentáculos asomando hacia el agua fría de debajo, como flores creciendo en un techo. Viven, por tanto, colgando cabeza abajo del hielo, a diferencia de otras anémonas de mar que viven plantadas "cabeza arriba" en el suelo del fondo marino.
El robot SCINI, capaz de viajar bajo el hielo de la Antártida para fotografiar comunidades bentónicas, fue usado, con algunas modificaciones, en el proyecto ANDRILL. Gracias a este robot, se descubrió la nueva especie de anémona de mar.
Aunque ya se habían encontrado otras anémonas de mar en la Antártida, ésta es la primera especie que se sabe que vive aferrada al hielo.
Además de las anémonas, los científicos vieron peces nadando de manera habitual "al revés", es decir actuando como si la cara inferior de la plataforma de hielo fuera el suelo de su mundo submarino. También se avistaron gusanos poliquetos, anfípodos y una criatura pequeña y extraña, parecida a un cilindro de unos 10 centímetros de largo (4 pulgadas) y unos 2 centímetros y medio (1 pulgada) de diámetro, que nadaba usando apéndices en ambos extremos del cuerpo, y a la que se observó yendo de un anémona a otra bajo el hielo, y aferrándose ocasionalmente a ellas.
Hay planes para explorar más detalladamente este asombroso ecosistema, usando un robot capaz de explorar a mayor profundidad y más lejos del pozo de acceso a través del hielo. La NASA está ayudando a financiar el desarrollo del nuevo robot submarino, porque estos descubrimientos en la Antártida y los resultados de estudios futuros sobre ellos pueden conducir a conclusiones sobre las fronteras biológicas de la vida que impliquen mayores probabilidades de que exista vida en Europa, una luna de Júpiter que está cubierta de hielo y bajo el cual se cree que hay un océano de agua líquida.
http://noticiasdelaciencia.com/not/9417/insolita_y_enorme_poblacion_de_anemonas_marinas_viviendo_bajo_el_hielo_antartico/
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