"En asuntos de dengue el vector es el que manda, definitivamente" afirmó el Dr. Mario Vargas Vargas, entomólogo de la Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica, en forma clara y categórica, después de analizar la epidemia que ha enfrentado el país en el 2013 y ha generado una incidencia muy alta de casos y hasta muertes por esta causa.
Precisamente por esa razón no se puede seguir con las campañas desarrolladas hasta ahora, sino que hay que atender las recomendaciones de las autoridades mundiales de salud y de los organismos especializados, en el sentido de implementar una estrategia de manejo integrado del vector, que implica control químico, físico y biológico.
"Para ser más efectivos en el control de esta enfermedad, tenemos que volcarnos a conocer bien cómo se comporta el vector para atacarlo en forma integral”, aseveró.
Vargas, quien ha desarrollado muchas investigaciones relacionadas con el dengue, explicó que el virus que produce la enfermedad está íntimamente asociado al vector y esa asociación es muy compleja e involucra una serie de elementos.
“Es un panorama muy complejo, porque es una enfermedad para la cual no hay vacuna, la producen cuatro cepas de un virus y actualmente se habla de un quinto serotipo (el asiático), que podría llegar al país en cualquier momento, con el agravante de que no existe tratamiento para esos virus”, manifestó.
En el sector salud, el cambio climático se está sintiendo a nivel mundial”, dijo este octogenario investigador, quien asegura que para el caso de los mosquitos, la elevación de las temperaturas les está favoreciendo para su reproducción y esto va a continuar en los próximos años.
Por esa razón considera decisivo que para el 2014 las autoridades de salud del país asuman esa estrategia y que se le dé nuevas herramientas de prevención a la población, para estar mejor preparados para enfrentar la enfermedad.
El Dr. Mario Vargas Vargas es especialista en artrópodos y considera que aparte de la eliminación de criaderos y de las fumigaciones con productos químicos, hay que buscar un enfoque más amplio y para esto hay recursos que da la naturaleza, como es el control biológico.
Por ejemplo para controlar la reproducción del vector del dengue recomienda el empleo de unos mosquitos de la misma familia del Aedes aegypti, que se comen las larvas de este y no producen daño a los humanos, porque no pican ni son vectores de ninguna enfermedad.
Asimismo sugiere que se utilicen las olominas o guppys común y corrientes en peceras caseras o escolares, las cuales son de fácil mantenimiento y especialmente porque los huevecillos que depositen las hembra del Aedes aegypti quedan adheridas a las paredes de la pecera y cuando eclosionan y salen las larvas, estas se convierten en el alimento de esos peces. “Esto es muy beneficioso, porque de esta forma se lucha contra la reproducción del Aedes", dijo el investigador. Añadió que es muy importante que la hembra deposite sus huevecillos muchas veces porque prácticamente llega el momento en que no tiene nada para infectar”.
Por otra parte, para Vargas es necesario promocionar mucho más en el país el uso de parches y brazaletes, que se coloquen en manos y tobillos, impregnados con repelentes naturales, producidos a partir de hojas de eucalipto, de citronella o limón y otros productos, pues tienen menos posibilidades de generar alergias, que los productos químicos que se aplican directamente a la piel.
En este sentido el investigador explicó que como la hembra del Aedes aegypti pica de día hay que utilizar los brazaletes y tobilleras durante todo el día y en la noche volverlos a impregnar con el repelente y colocarlos en una bolsita plástica, bien cerrada.
Otra opción es colocar trampas letales con una solución atractiva para los mosquitos que los atraigan y que los dejen atrapados. El Dr. Vargas recomienda poner una taza de agua, tres cucharadas de azúcar moreno y una pizca de levadura, porque los gases que esta solución desprende atraen a los mosquitos.
Las trampas pueden elaborarlas a partir de una botella de refresco gaseoso grande o de dos envases plásticos. En el primer caso, a la botella se le corta la parte superior, se cubre con papel oscuro lo que queda de la botella y la parte del pico de la botella se mete dentro de ese recipiente, se alinea y se prensa con clips o se pega con alguna cinta engomada. De esta forma el mosquito ingresa a la botella por el agujero, pero es imposible que salga volando.
La otra trampa se arma con dos envases redondos plásticos que se unen, haciéndole agujeros alineados a todo su alrededor, los cuales se prensan con alambre, a uno de los recipientes se le hace un agujero en la parte superior y por dentro se le pega la mitad de un pliego del “gato de papel” o papel engomado, que se vende para atrapar ratones. La idea es que el mosquito ingrese por ese agujero y se pose en el papel engomado y no pueda volver a salir.
http://noticiasdelaciencia.com/not/9298/el_dengue_obliga_a_conocer_mejor_el_vector/
No hay comentarios:
Publicar un comentario